“La ciudad que heredamos”, un texto singular sobre La Habana.
Una de las más recientes publicaciones de Ediciones Cubanas es la novela “La ciudad que heredamos”, del Premio Nacional de Literatura Antón Arrufat. Su lanzamiento forma parte de las celebraciones por el 501 aniversario de La Habana y del homenaje a su fallecido historiador Eusebio Leal.
El autor regala en “La ciudad que heredamos” un texto con ciertas singularidades. Las voces protagónicas pertenecen a los personajes del abuelo y el nieto; sin embargo, es la historia e imágenes de la ciudad quienes en verdad hablan.
Las calles, las memorias, ese acumulado vital de los lugares y del comportamiento y los actos de sus habitantes, son los verdaderos intérpretes de “La ciudad que heredamos”. Es un texto donde hay olores, viajes, sonidos, pregones, sensaciones táctiles y visiones en superposición interminable.
La estructura destaca por un collage de sitios, sucesos, personajes reales y populares y citas de otros autores. Una amalgama que muestra tiempos, pérdidas, dolores, derrumbes, logros: en fin, la vida, con sus momentos lúcidos y sus locuras.
La variedad formal de “La ciudad que heredamos” es muestra de la diversidad genérica que manifiesta Arrufat a lo largo de su carrera. Narrativa, poesía y sobre todo teatro componen su producción. Su creación para teatro fue polémica, especialmente el libreto de Los siete contra Tebas por las censuras y límites impuestos a la creación artística en el Quinquenio Gris.
Por suerte, tales aberraciones fueron superadas. La obra fue finalmente estrenada en 2007 y este autor ocupa su justo sitio en las letras criollas. Hoy Arrufat nos convida a acompañarlo en la caminata y los recuerdos que ofrecen “La ciudad que heredamos” como un inteligente ejercicio.
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