Este octubre se cumple el centenario del ilustre César Portillo de la Luz.
César Portillo de la Luz es uno de los compositores cubanos más grandes.
“Si pudiera expresarte cómo es de inmenso, /en el fondo de mi corazón mi amor por ti. /Este amor delirante que abraza mi alma /es pasión que atormenta mi corazón.
“/Siempre tú estás conmigo, con mi tristeza. /Estás en mi alegría y en mi sufrir. /Porque en ti se encierra toda mi vida. /Si no estoy contigo, mi bien, no sé vivir”.
Leer estos versos, representativos del sentimiento universal -el amor-, no es igual que escucharlos.
Con ellos, César Portillo inicia una de las canciones más hermosas: Tú, mi delirio.
Estas pocas líneas cruzan el iris de lo efímero y se alojan en él hasta doblegarlo, y así el alma no las olvida.
El autor de este bolero místico comenzó su vida artística como un hobby.

No podía soñar con vivir de la música, ni como intérprete ni como compositor, porque primero tenía que ganarse la vida pintando edificios.
Este octubre se cumple el centenario del ilustre César Portillo, uno de los compositores cubanos más grandes, con el valor añadido de ser fundador el filin, junto a Ángel Díaz, José Antonio Méndez, Rosendo Ruiz Quevedo, Ñico Rojas, Niño Rivera, y Frank Emilio.
Entre las grandes virtudes de esa corriente, estilo o movimiento destaca la genialidad con que el sentimiento se independiza de cualquier norma rítmica o armónica.
Seduce con el impulso romántico y asciende.
El tono excepcional del filin, espontáneo e inesperado, dinamiza los boleros y logra exaltar emociones.
Asimismo, el filin logra también ilustrar concisa y concretamente las vivencias, la intimidad, los acontecimientos anclados a la realidad.
Con el filin, los boleros de César Portillo adquirieron plenitud, transformándose en una sonoridad profunda, auténtica.
Debido, en parte, a esa libertad que concedió ese estilo al bolero y a la música en general, artistas de renombre han versionado con belleza las melodías del cubano.
Entre los más conocidos: Lucho Gatica, Nat King Cole, Pedro Vargas, Plácido Domingo, Olga Guillot, Luis Miguel, Caetano Veloso, Christina Aguilera, y María Bethania.
“Si lo que dice la canción no exalta y expresa vivencias humanas atemporales, no sería posible que a través de medio siglo las canciones mías estuvieran vivas y cantándose por los intérpretes de distintas voces y estilos.
“Y pienso que eso tiene un poco de la ley de causa y efecto.
“Nunca me propuse ser un artista del disco, por eso mi discografía es muy exigua: soy ante todo un artista de la creación”, expresó el trovador en una entrevista con la anfitriona del programa «23 y M» de la Televisión Cubana.
Contigo en la distancia, su obra insigne, es una de las más versionadas en el mundo.
Como él mismo sentenciara, Contigo en la distancia le dio “un crédito como compositor ante los intérpretes de la época y a través del tiempo”.
La escribió en 1946, junto a otras inolvidables como: Noche cubana, Realidad y fantasía, Estampa bohemia, Concierto gris.

En un programa televisivo comentó que le gustaba toda la buena música, “con independencia de la nacionalidad”.
“La llamada música de cámara no es más culta que la llamada música popular o folklórica de una nación: es parte de la cultura musical de un país”.
Este 30 de octubre, a cien años del nacimiento de César Portillo de la Luz, serán sus canciones, esparcidas por todo el mundo, las musas vivificantes y reparadoras que nos devuelvan su recuerdo otra vez, y con él, algún que otro “amor delirante”.
Por: Lis Rivas