
Periodista y Jefa de Información de Cartelera, trata temas variados…
En Cero es uno de los espectáculos con que la Compañía Rosario Cárdenas celebró su aniversario
La crisis que ha vivido el mundo con el coronavirus, ¿Podría estarnos dando una oportunidad para detenernos a pensar? ¿Podría ser esta una oportunidad de empezar de nuevo? En cero es un espectáculo lleno de preguntas existenciales en este estilo.
Su coreógrafa, la joven Libety Martínez Pino, quiere hacernos reflexionar sobre patrones destructivos y autodestructivos en una puesta en escena que mezcló danza contemporánea, actuación, música en vivo y proyecciones audiovisuales.
Descalza y sobre el tabloncillo, como se sienten a gusto quienes se expresan a través del baile, la creadora comentó a Cartelera que no es una obra estructurada como una historia lineal.
En Cero puede ser abordada desde varios ángulos para que cada quien en el público le dé su interpretación. “Es para despertar conciencia sobre temas preocupantes, tocar los sentimientos ante actitudes peligrosas que hemos tomado frente a la naturaleza y entre nosotros mismos”.
La propuesta coreográfica fue el estreno que la compañía de Rosario Cárdenas reservó para el segundo fin de semana de diciembre en el Bertolt Brecht, ocasión en la cual se celebraron los 50 años de trayectoria de esta artista.
Como parte de los festejos, ese teatro también presentó reposiciones de obras notables de la agrupación como Noctario, de Raúl Martín o Esto no es una danza, de la propia Libety.
“Esa es una coreografía de hace unos diez años. Se la presenté a Rosario cuando estaba acabada de graduar del Instituto Superior de Arte, y a pesar de eso se decidió a montarla. Los jóvenes les agradecemos todas las oportunidades que nos ha dado en su compañía”.
A los dos bailarines se sumó la actriz Amanda Oropesa, el fotógrafo Adolfo Izquierdo, con imágenes fijas y en movimiento, y el cantautor Polito Ibáñez, quien escribió las canciones, la música incidental, además de que cantó y actúo en escena.

Polito Ibáñez como actor
El trovador compartió con nuestro magazín sobre qué ha sido para él esta experiencia, en la que regresa a su formación académica original como actor.
“Conozco a Libety desde que bailó un tema mío hace años, así que ella se me acercó con el proyecto, que al principio era muy humilde, pero terminó por ser mucho más ambicioso. Se volvió demasiado peso para solo dos bailarines; entonces se sumó Amanda con la carga del texto, Adolfo por la parte visual y yo, también como intérprete”.
“Llevaba mucho tiempo sin subirme a un escenario, tuve que recordar las clases de Expresión Corporal en las que te enseñan a justificar los movimientos. Era importante que saliera con naturalidad mi interacción con los demás integrantes, que fluyera la movilidad en las varias veces que estábamos todos juntos en el escenario”.
“Esta puesta es un trabajo que hemos hecho con poco tiempo y mucho desgaste, pero ya solo le falta limpiarle detalles. Para mí, es una meta que no me había planteado, sin embargo, ha sido una meta feliz. Ya forma parte de la historia que quiero contar sobre mí cuando llegue al final de mi carrera.”
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Periodista y Jefa de Información de Cartelera, trata temas variados como turismo, patrimonio y grandes eventos culturales y comerciales que tengan lugar en la capital.