Anfitrión de grandes espectáculos, el Gran Teatro de La Habana, es en sí mismo, una obra de arte.
Majestoso por su arquitectura y con una ubicación privilegiada en torno al Parque Central, se alza imponente el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Su origen se remonta al año 1834 cuando el Gobernador General de Cuba, Miguel Tacón, encargó la construcción de un nuevo teatro, con el afán de superar la capacidad del ya existente Teatro Principal. Luego de cuatro años de intensa labor, se inauguró oficialmente el 15 de abril de 1838 con la puesta en escena de la obra Don Juan de Austria.
El otrora Teatro Tacón fue autoría del arquitecto Antonio Mayo. Con noventa palcos, más de veinte filas y capacidad para unos dos mil espectadores, se convirtió en el escenario por excelencia de la aristocracia criolla. En su época fue el teatro más grande y lujoso del continente americano y por sus cualidades técnicas, el tercero del orbe, solo antecedido por la Scala de Milán y la Ópera de Viena.
En 1906, la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia compró el Teatro Tacón, que fue demolido, para entre 1907 y 1915, construir el edificio actual, obra del arquitecto Paul Belau. Una vez terminado, constituyó la sede del Centro Gallego de La Habana y desde 1965, con carácter permanente, la del Ballet Nacional de Cuba. En 1985, Alicia Alonso, directora de esta compañía, propuso denominarlo Gran Teatro de La Habana.
La arquitectura neobarroco
El estilo arquitectónico predominante en la edificación es el neobarroco, presente en la arquitectura cubana de la primera mitad del siglo XX. Son destacables en la fachada principal, cuatro grupos escultóricos en mármol blanco, obras de Guiseppe Moretti, que representan alegorías de la Beneficencia, la Educación, la Música y el Teatro.
Tras una reparación capital que le devolvió la suntuosidad de antaño, reabrió sus puertas en el 2016, añadiéndosele al nombre, el de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso. Actualmente continúa como anfitrión de paradigmáticas funciones del Ballet Nacional de Cuba y acoge importantes presentaciones del ámbito cultural cubano e internacional. Cada dos años es la sede del Festival Internacional de Ballet de La Habana.