Cuentan que bajo un árbol de tamarindo ocurrió la fundación de Santa Clara, el 15 de julio de 1689.
La mayoría de los pobladores iniciales de Santa Clara ya eran dueños de tierras por aquella región.
Otros venían de Remedios, desde donde se vieron obligados a huir debido a la acechanza continua de corsarios y piratas.
Loma del Carmen: así se denominó después a aquel sitio fundacional, cerca del que se erigiera la primera iglesia.
Así, la urbe comenzó un crecimiento lento, pero continuo.
Se diseñó bajo las normas del urbanismo español, en perfecto cuadrado, con una plaza central: Plaza Mayor, hoy Parque Leoncio Vidal, la única asaltada en el país durante las tres guerras de independencia.
En los primeros años se construyeron rápidamente escuelas, bibliotecas, clubes, un teatro, una cámara de comercio y salas de baile.
En ese sentido, su posición, en el mismo centro de la isla, la favoreció como punto de comunicación este-oeste.

Para 1860 Santa Clara tenía un importante desarrollo cultural, con más de seis publicaciones periódicas; en 1867 alcanzó la categoría de ciudad.
Santa Clara es hoy, a la luz de sus 333 años, un referente cultural del país, núcleo de trovadores, lugar de ensueños donde los jóvenes viven eternamente el juego de la música.
El Mejunge se ha convertido en sitio de encuentro obligatorio para los amantes de la trova, y su festival Longina obliga a mirar a la urbe cada año.
Por otro lado, entre los principales atractivos turísticos de la ciudad están la Catedral de Santa Clara de Asís, el teatro La Caridad, y el Mausoleo del Che Guevara.
También está el monumento Toma del tren blindado, del escultor José Delarra, que evoca la captura del tren blindado durante la Batalla de Santa Clara en 1958.
Cartelera celebra el aniversario de la ciudad con este fotorreportaje.







