Concluye Cubadisco, queda la experiencia.
Cuando los eventos son útiles y esperados, es triste tener que prescindir de ellos. Por eso, cuando se hizo necesario posponer la cita 2020 del Cubadisco, sus organizadores se plantearon el reto de modelar una alternativa factible para la edición posterior.
Así llegó Cubadisco 2020-2021 con muchas expectativas y materiales discográficos en abundancia. Nueve días cargados de música, audiovisuales, entrevistas y espacios para el diálogo y el conocimiento casi no dieron abasto.
Catorce horas de trasmisión diaria ofreció Cubadisco a través de las señales de la televisión y plataformas digitales. Fue esta la manera de acercar a los públicos a la música cubana y sus protagonistas en todos los géneros, quienes además tuvieron justo reconocimiento por lo valioso de sus producciones musicales.
Otra titánica labor en este Cubadisco fue la de seleccionar los mejores productos fonográficos y audiovisuales de entre 400 obras presentadas. No faltaron tampoco sus más importantes y habituales espacios: la feria, el simposio internacional, las galas y las premiaciones.
El esfuerzo mancomunado de instituciones, empresas, disqueras y artistas permitió que este Cubadisco tuviera una programación de lujo. Demostró además que, aunque se regrese a los espacios tradicionales, puede ser un evento con más público y alcance si se aprovechan las bondades de la televisión, la radio y las plataformas digitales. En la edición en la que Cubadisco celebró el Año Iberoamericano de la Música y tuvo a España como país invitado, la dinámica fue diferente y el protagonismo colectivo dejó una sabia lección. Tras las galas de premiaciones y el reconocimiento a lo mejor de la industria musical cubana, quedará la nueva tarea. Renovar las formas de hacer, acercar a los públicos y favorecer la difusión de lo mejor de la música cubana para que sea siempre esta y sus seguidores, los que salgan ganando.
